Se acercan las vacaciones y con ellas el tiempo de playa y piscina. Es más que obvio lo bien que lo pasan los niños en el agua, sin embargo, hoy queremos llamar vuestra atención sobre la peligrosidad de este medio.
- El ahogamiento es la principal causa de muerte accidental de niños entre 5 y 14 años.
- Más de 100 niños pierden la vida cada año ahogados en piscinas, ríos y playas.
- La edad más peligrosa de ahogamiento se sitúa entre los 12 y los 48 meses.
- Bastan 10 cm de agua para que un niño se ahogue.
Pero no queremos asustaros; siguiendo unos sencillos consejos la seguridad y la diversión estarán más que aseguradas. Algunas de estas recomendaciones son:
Vigilancia
Los niños tienen que estar todo el tiempo vigilados. Incluso sabiendo nadar, no se les puede perder de vista. Con más motivo si no saben, o cuando aún no lo hacen con cierta seguridad.
Ayudas técnicas
Ojo con manguitos y flotadores. Tienen que estar homologados y, aunque los lleven puestos, no se les puede quitar ojo.
Vallado de piscinas
Vaciar las piscinas pequeñas hinchables mientras no se están utilizando y vallar las piscinas grandes evitará peligros innecesarios.
No correr alrededor de la piscina
Hay que enseñarles que en los accidentes, el secreto radica en minimizar todo lo posible los riesgos.
Aprender a nadar
Nosotros somos partidarios de que los niños aprendan a nadar cuanto antes. Para los que no vayan regularmente a clases de natación, muchas escuelas ofrecen la opción de cursillos intensivos de cara al verano.
Conocer el medio
Conocer la profundidad de la piscina, o las características de la playa o río en que estemos. Tener bien localizado al socorrista... cuanta más información tengamos de dónde nos encontramos, mejor.
Evitar choques térmicos
Entrar poco a poco al agua, no de golpe, para evitar estos peligrosos choques térmicos.
Y además, tened siempre en cuenta:
Protección solar
Es fundamental que sea resistente al agua. Hay que repetirla cada dos horas y tras cada baño.
Hidratación
Los niños no siempre manifiestan la sed, hay que mantenerlos bien hidratados todo el tiempo con agua o zumos naturales.
Cabeza cubierta
Con una gorra, gorrito o en la playa bajo la sombrilla, para evitar insolaciones.
Pulseras identificativas
En playas o piscinas muy concurridas puede ser una buena idea que el niño lleve una pulsera identificativa, por si se despista en un momento dado. A los que son ya un poco más mayorcitos se les puede enseñar cómo actuar ante estas situaciones.
Esperamos que estos consejos os resulten de utilidad. Y ahora... ¡al agua patos!
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